Dra. Gracia Lasheras: “El diagnóstico del cáncer y su tratamiento, pueden desencadenar una gran percepción de amenaza y provocar un fuerte impacto psicológico. Es por ello que la mitad de las personas con cáncer experimentan dificultades emocionales, siendo las más frecuentes la depresión, la ansiedad, la insatisfacción respecto a la calidad de vida y la pérdida de la autoestima.”
La pérdida del cabello constituye el efecto secundario más temido ante el tratamiento del cáncer (hasta el 58% de las mujeres así lo refieren), llegándose incluso a evitar el tratamiento quimioterápico hasta en el 8% de los casos por este motivo.
Las personas que sufren este efecto secundario, registran menores niveles de la autoestima, empobrecimiento de su autoimagen y menores índices de calidad de vida.
Está descrito por muchas mujeres, como una experiencia traumática, separada del diagnóstico de cáncer, que las estigmatiza y les recuerda constantemente “tengo cáncer”.
Por otra parte, el hecho de que su enfermedad sea visible a los demás, se traducirá en preguntas e intromisiones del entorno, difíciles de eludir y que muchas veces resultan incómodas.
Algunas pacientes, cuando les recomendamos, ya en fase de recuperación (finalizada la quimioterapia), que salgan más y vayan normalizando su vida, contestan: “cómo me voy a olvidar de mi enfermedad, si todo el mundo me la recuerda con sus preguntas”.
Recibir el asesoramiento profesional especializado sobre cómo mantener la imagen habitual y compensar la alopecia nos puede ayudar a:
- Disminuir los problemas de autoimagen, que redundará en una mayor autoestima, concepto a su vez, relacionado con el estado de ánimo.
- Facilitar el afrontamiento de momentos cotidianos de la vida, preservando el anonimato sobre la enfermedad.
- Mejorar la calidad de vida.
Y no olvidemos que un buen estado emocional favorece una mejor evolución de la enfermedad oncológica:
Se ha demostrado que la depresión incrementa el riesgo de sufrir cáncer en algunos individuos y que puede contribuir a acortar la supervivencia en las personas diagnosticadas de cáncer.
En esta línea, un estudio reciente (Journal of Clincal Oncology, 2010) ha comprobado que la disminución de los síntomas depresivos (sobre todo la reducción en el tiempo de los mismos), aumenta la supervivencia en mujeres con cáncer de mama.
Dra. Gracia Lasheras. Psiquiatra. Unidad de Psicooncología, USP Instituto Universitario Dexeus, Barcelona.